2.7.09

El Tratado con Gran Bretaña


Dr. Julio Carlos González, La Prensa, 15 / 3 / 1990

Denuncia sobre el tratado firmado con Gran Bretaña

Durante una reunión de prensa el Dr. Julio Carlos González, especialista en derecho internacional que fue secretario técnico de la Presidencia en el gobierno de María Estela Martínez de Perón, se refirió al tratado firmado con Gran Bretaña el 16 de febrero último, en Madrid, sobre las Islas Malvinas e islas del Atlántico Sur.

El doctor González – sobre cuyos conceptos dimos ayer un anticipo - señaló que el documento no fué denominado “tratado”, lo que hubiera obligado a su aprobación por el Congreso, sino “declaración” y que este tipo de instrumento “genera obligaciones recíprocas para los estados que la suscriben y para terceras organizaciones jurídicas internacionales” .

Avasallamiento de la soberanía

Denunció que dichas obligaciones constituyen un avasallamiento de nuestra soberanía no sólo en el Atlántico Sur sino en todo el territorio del país. Después de lamentar que ningún legislador haya prestado la atención que merece dicho documento o que haya tenido la iniciativa de citar al canciller para informar sobre él, el doctor González enfatizó: “El tratado del 15 de febrero de 1990 demuestra que Gran Bretaña mantiene inalterable un derecho de tutela o de patria potestad sobre la política exterior, militar y económica de la República Argentina”.

Tras comentar que, sospechosamente, no se ha difundido el articulado completo del tratado, se refirió al artículo cuarto, que fué publicado como un logro del gobierno argentino pero que, en realidad, exhibe en cambio una supremacía total de Gran Bretaña sobre el territorio de nuestro país y una hegemonía no disimulada sobre la conducción política e institucional de la Argentina. “En efecto –dijo- desde el momento en que Inglaterra adquiere el derecho de controlar todos los actos de las Fuerzas Armadas de la Argentina (conforme lo establece el artículo 5° A, B y C del Tratado), es innecesario que se mantengan efectivos militares, navales y aéreos de Gran Bretaña para defender a las islas Malvinas. Con esta estipulación, el Tratado ha reconocido lisa y llanamente el derecho posesorio inglés sobre el archipiélago Malvinas”.

Control Militar

En el citado artículo se establece un sistema transitorio de información y consulta recíproca sobre los movimientos de las unidades de sus Fuerzas Armadas en áreas del Atlántico sudoccidental. En este aspecto se dispone que las autoridades militares serán, para la Argentina, el comandante del área naval de Ushuaia, y el jefe de la novena brigada aérea de Comodoro Rivadavia, sin otorgar participación a la autoridad del Ejército Argentino que tiene competencia y jurisdicción militar sobre todo el territorio continental de nuestro país, omisión de extrema gravedad. Por otra parte, para las fuerzas argentinas se establece un fácil y seguro contralor británico, mientras los buques ingleses que naveguen frente a nuestras costas no estarán en igualdad de condiciones.

Por el anexo I-V, se acuerda a Gran Bretaña y a la Argentina recíprocamente visitas a las ´bases militares´ (sic) y a ´unidades navales´, lo que no condice con la exclusión que se hace en el capítulo I del anexo I del Ejército Argentino como autoridad militar respectiva.

“Con todos estos controles –afirmó- la República Argentina pasa a ser un país cuyo litoral marítimo de aproximadamente dos mil kilómetros y su espacio aéreo respectivo quede, sin límite en el tiempo, sometido al control permanente de la Royal Navy y de la Royal Air Force”.

El continente antártico

Más adelante recordó que en 1991 se reunirá la Conferencia Antártica Internacional que deberá resolver la distribución de los 14 millones de kilómetros cuadrados que conforman el continente antártico, y dijo que “más importante que tener la titularidad de una parte del continente a distribuir es el dominio del corredor terrestre y marítimo que conduce a la Antártida” y que “la comunicación directa del Archipiélago de Malvinas usurpado por Gran Bretaña, con el territorio continental argentino y el ´conocimiento de las actividades militares´ de nuestro país que el tratado les concede a los británicos, es un arma decisiva para la conquista jurídica y fáctica de la Antártida en la mencionada conferencia”.

Destacó que “a partir del 31 de marzo próximo –fecha en que se pondrá en vigencia el tratado- la Patagonia argentina y el mar austral argentino serán objeto de una soberanía virtualmente compartida con Gran Bretaña. La bilateralidad de las relaciones militares entre Inglaterra y la Argentina en esa zona excluye toda participación para el Ejército Argentino. También excluye cualquier participación de terceros estados y de organismos internacionales. Es así como la Argentina marítima y aérea queda en su parte austral bloqueada, vigilada y aislada por la hegemonía de una potencia extra-continental que usurpa un archipiélago de su territorio y que además es árbitro permanente de sus fronteras con la República de Chile. Todo esto se ha concedido y aceptado a cambio de nada”.

Otro aspecto negativo que comentó el doctor González es que, por el tratado, “nuestro país se aviene a compartir una vasta extensión alimentaria que le pertenece con la potencia extracontinental con la cual ha estado en guerra hace menos de una década y de la cual he debido soportar las consecuencias de tratados económicos leoninos. Todo ésto también se concede y acepta sin ninguna contraprestación del Reino Unido. Es decir, la Argentina adhiere a todo a cambio de nada”.

Al analizar el artículo 12, el doctor González dijo que éste “extiende esta singular sociedad anglo-argentina a las actividades propias del gobierno argentino en el territorio continental, elevando al rango de política económica internacional lo establecido en la ley de privatizaciones 23.696, pues ese artículo establece la “protección recíproca” de las inversiones privadas, lo que adjudica a Gran Bretaña una “cláusula de nación más favorecida”. Con esta estipulación no se pueden otorgar a otros terceros países o a sus habitantes prerrogativas que no se adjudiquen a los británicos”.

Después de criticar la cláusula que suprime la exigencia de visación para el ingreso de los súbditos ingleses a la Argentina y al acuerdo para reprimir “bilateralmente” el tráfico de drogas, lo que impediría o exigiría su permiso previo para llevar a cabo esa represión juntamente con otros estados, dijo el doctor González que “todas estas ´bilateralidades´ anglo-argentinas referidas a tantas cuestiones eclosionan en una bilateralidad absoluta y excluyente en materia de política exterior argentina. El artículo 16 expresa que la actividad del Foreign Office y del palacio San Martín se efectivizará por medio de consultar por la vía diplomática sobre los procesos de integración en curso, particularmente los de la Comunidad Económica Europea y América Latina”.

Advertencia

Por último, manifestó que “la bilateralidad de la política militar, la bilateralidad de la política exterior y la bilateralidad de la política económica que impone este tratado determina el reemplazo de la República Argentina independiente por una virtual Confederación Anglo-Argentina” , y afirmó que la política económica implementada por el presidente Menem “constituye lisa y llanamente el pago de la indemnización de guerra que nos impone Gran Bretaña para resarcirse de los gastos de la guerra de las Malvinas”.

Concluyó alertando que el 31 de marzo próximo el tratado deberá ser puesto en vigencia y urge que sea denunciado ante los organismos que corresponda para que no llegue a cumplirse.

Reacción británica

Londres, (EFE) – El gobierno británico está “perplejo” por la declaración del presidente Carlos Menem, de que ha sido invitado a visitar oficialmente Londres, afirma el periódico londinense “The Times”, en su edición de ayer.
El periódico, que cita fuentes próximas al gobierno, señala que las palabras de Menem tuvieron lugar tras su encuentro, el pasado lunes en Chile, con el viceprimer ministro británico, Geoffrey Howe. “The Times” señala que no se ha cursado ninguna invitación oficial a Menem, pero resalta también que “no hay en principio ninguna razón para que no sea invitado”.
El periódico no descarta la posibilidad de que las palabras de Menem fueran malinterpretadas y que el presidente argentino expresase sólo su deseo de viajar a Londres. “Tan pronto como pueda visitaré el último país de Europa que me falta por conocer”, dijo también Menem.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.